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“¡Te
Amo!” ¡Cuán significativas son estas palabras para dos jóvenes! Pero
cuánto más maravillosas resultan cuando nos son dichas por nuestro
Salvador quien desea que seamos felices y que encontremos gozo en
nuestra relación del uno con el otro.
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TE AMO
“¡Te
Amo!” ¡Cuán significativas son estas palabras para dos jóvenes! Pero
cuánto más maravillosas resultan cuando nos son dichas por nuestro
Salvador quien desea que seamos felices y que encontremos gozo en
nuestra relación del uno con el otro.
Cristo comparó su amor por la iglesia con el amor del esposo y la esposa.
La vida matrimonial es cada vez mejor
Hombres y mujeres pueden
alcanzar el ideal que Dios les señala si aceptan la ayuda de Cristo. Lo
que la humana sabiduría no puede lograr, la gracia de Dios lo hará en
quienes se entregan a él con amor y confianza. Su providencia puede unir
los corazones con lazos de origen celestial. El amor no será tan sólo
un intercambio de palabras dulces y aduladoras. El telar del cielo teje
con urdimbre y trama más finas, pero más firmes, que las de los telares
de esta tierra. Su producto no es una tela endeble, sino un tejido capaz
de resistir cualquier prueba, por dura que sea. El corazón quedará
unido al corazón con los áureos lazos de un amor perdurable”.10.El Ministerio de Curación, 280.
Amar
como Cristo amó significa manifestar altruismo en toda ocasión y en
todo lugar, mediante palabras amables y miradas placenteras. A los que
las otorgan no les cuestan nada, en cambio dejan detrás una fragancia
que envuelve el alma. Su efecto nunca puede ser debidamente estimado. No
son solamente una bendición para quien las recibe, sino también para el
dador, porque reaccionan sobre él mismo. El amor genuino es un precioso
atributo de origen divino, que aumenta en fragancia en la medida en que
se lo dispensa a otros.
El
amor de Cristo es profundo y ferviente, y fluye como un torrente
incontenible a todos aquellos que lo aceptan. No hay egoísmo en su amor.
En este amor nacido del cielo hay un principio que permanece en el
corazón y que se dará a conocer, no solamente a aquellos a los cuales
consideramos más queridos en la relación sagrada, sino a todos aquellos
con los cuales entramos en contacto. Nos impulsará a expresarlo en
pequeños actos de cortesía, a hacer concesiones, a realizar actos
amables, a hablar palabras tiernas, veraces y animadoras. Nos impulsará a
simpatizar con aquellos cuyos corazones sienten hambre de simpatía.
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